La mano, similar a la mano del mortero pero de forma cónica para encajar perfectamente con la forma del colador, es el complemento idóneo para trabajar con los coladores chinos: al moverla alrededor de las paredes del chino ayuda a colar la preparación y presiona los sólidos, extrayendo todos sus jugos y aprovechando hasta la última gota del líquido, salsa o crema, con todo su sabor.